‘ceci n’est pas un steak’, la campaña para llamar a las cosas por su nombre
El pasado 23 de Octubre conocimos el resultado de la votación de los parlamentarios en Bruselas sobre las denominaciones de la carne en todos los productos veganos que se están comercializando en Europa desde hace meses.
Lamentablemente todos nuestros esfuerzos por apoyar a la industria, que plantea no confundir al consumidor nombrando correctamente a los alimentos de la industria cárnica, han sido en vano, ya que los resultados finales confirman que de momento, sí será legal hablar en términos de «hamburguesa» o «Nugetts» a productos que son 100% derivados de la soja y otros productos vegetales.
La enmienda 165, que había sido aprobada ya en el comité de Agricultura, fijaba que ciertas denominaciones como hamburguesa o bistec debían reservarse a los “preparados de carne”, es decir, a la carne fresca o sometida a procesos que no “alteren su estructura de la fibra muscular”. Sin embargo, la mayoría de los diputados creen que a una hamburguesa de tofu no se le puede privar de esa denominación. La enmienda ha sido rechazada por 379 votos en contra, 284 a favor y 27 abstenciones.
La patronal: ‘Ceci n’est pas un burger’
La controversia había movilizado a las principales patronales, asociaciones y empresas europeas. Mientras ganaba enteros la posibilidad de que la Eurocámara condonara la veggie burger, el sector ganadero europeo, en un guiño a Magritte, usó la imagen de ese manjar para lanzar la campaña Ceci n’est pas un burger (‘Esto no es una hamburguesa, en francés).
“¡Basta de denominaciones surrealistas para la carne y los lácteos!”
Comunicado de la patronal Copa-Cogeca.
Las entidades ecologistas, vegetarianas y veganas, entre otras, habían defendido lo contrario. Grandes corporaciones europeas como Ikea o Unilever se añadieron a esa tesis y defendieron que la enmienda 165 iba “en contra del creciente interés del consumidor” en la alternativa a los productos animales, ya fuera por razones de dieta, salud o medio ambiente. Además, mantenían que podía suponer un freno a la competencia al introducir barreras de entrada en el mercado alimentario.
No es la primera vez que las instituciones europeas encaran ese debate. En 2017, el Tribunal de Justicia de la UE ya sentenció que no podía llamarse “leche” ni “mantequilla” a los productos de soja y tofu que se presentaban como alternativa a esos alimentos. Al respecto, los diputados sí han respaldado que se extienda esa medida a la bebida de almendra.
Desde Propollo esperamos que en un futuro se pueda denominar a las cosas por su verdadero nombre.