A causa de los efectos de pandemia del COVID19, el sector cárnico está experimentando importantes cambios. Y uno de ellos ha sido el fuerte avance hacia la digitalización, que se une a los compromisos propios de nuestro sector, como son la Sostenibilidad y el Bienestar animal, así como el tan crucial proceso de Internacionalización.

En este informe de Alimarket, en el que hemos participado desde Propollo aportando nuestra visión y experiencias, se analiza el «estado del arte» del sector cárnico en España, entre ellos la industria avícola. Estas son las principales conclusiones:

  • El “plant-based” ha irrumpido en la escena del sector, según el presidente de ANICE, “las herramientas digitales y tecnológicas se han tornado fundamentales para la industria cárnica…”. Declaraciones que van acompañadas de un “Plan de digitalización” para dar a conocer a los socios las posibilidades que ofrece la tecnología y las herramientas digitales a las empresas asociadas.
  • La digitalización en el sector cárnico es todavía reducida. Tendrán sin duda un impacto en la estructura de la propia empresa y a su relación con el cliente, además de una mejora en la producción, la adaptación de productos, una mayor seguridad de sus productos y trabajadores; y, por supuesto, en la comunicación con los clientes y captación de nuevos.
Fuente: MAPA

El incremento de la digitalización ha sido confirmado por Provacuno, otra de las interprofesionales participantes en informe. Según sus responsables, ha habido incrementos en las plataformas de venta online, en paralelo al temido descenso del consumo por parte del sector HORECA durante esta pandemia, y el incremento en el interés en la exportación.

El sector avícola viene desarrollando importantes inversiones en materia de modernización de instalaciones, de acceso a nuevas fuentes de energía renovable, de aplicación de economías circulares o gestión de residuos.», Jordi Montfort, Secretario General Propollo

Alimarket

Como explica el informe, el sector cárnico, a través de ANAFRIC y de Provacuno, en un movimiento que también apoyamos desde Propollo, ha solicitado ayudas al almacenamiento privado, la apertura de las compras de intervención pública y ayudas directas al sector productor, especialmente a cebaderos o en nuestro caso, granjas avícolas.

En el comercio exterior, el COVID ha tenido una notable influencia. Las ferias internacionales han sido casi suprimidas, así como los viajes y concentración de personas. Los modelos tradicionales de promoción comercial han sufrido un importante cambio. La transformación digital juega ahora un papel nuevo.

Se abren nuevos mercados a través de auditorías in line como en el caso de Tailandia. Queda abierto un camino para nuevos destinos comerciales.

Sostenibilidad y bienestar animal

La sostenibilidad y el bienestar, objetivos perseguidos por el sector antes de la pandemia, hoy siguen jugando un papel importante. Desde Propollo explicamos cómo “el sector avícola viene desarrollando importantes inversiones en materia de modernización de instalaciones, de acceso a nuevas fuentes de energía renovable, de aplicación de economías circulares o gestión de residuos. Pero es un compromiso global, y por tanto debe seguir siendo incentivado desde las administraciones públicas, para extender al máximo de empresas posible las posibilidades de adoptarlas.”

Otro de los temas mencionados hace alusión al Grupo de Trabajo del Sector Cárnico de la Plataforma Tecnológica Food for Life-Spain (PTF4LS), que plantea potenciar y ordenar los procesos de I+D+i, crear estructuras que permitan canalizar esa innovación de forma eficaz y vertebrar de forma eficiente la relación de la industria con el mundo de la innovación, identificando intereses comunes y requerimientos de mercado.

La producción libre de antibióticos, las oportunidades de financiación de proyectos I+D+i y la seguridad alimentaria en embutidos fermentados, son algunos de los nuevos proyectos en los que se han embarcado las empresas cárnicas.

El informe indica también que no se puede olvidar la aparición de elaborados sustitutivos de los cárnicos en los próximos años y que harán competencia a los productos tradicionales. Otro reto más al que tendrán que hacer frente el sector cárnico.

Después de haber visto cómo cuidan y miman a los pollitos en una granja ecológica de Toledo, la nutricionista Beatriz Robles, autora del libro: Come seguro comiendo de todo, nos aclara en su entrevista con Miriam Moreno, en el programa de RTVE Saber Vivir, que comer pollo es un alimento seguro.

Como explica, los alimentos de origen animal tienen unas condiciones higiénico-sanitarias más estrictas y por tanto tienen que cumplir unos criterios microbiológicos a la hora de cocinarlos.

Sí es seguro comer carne de pollo. No se puede consumir al punto o poco hecha, es una carne de debe estar bien cocinada siempre.

Beatriz Robles, TVE.

 Existen algunos mitos o errores frecuentes en personas que piensan cosas como las que veremos a continuación y que la tecnóloga en alimentos desmiente por completo:

  • Hay quienes piensan que el filete de pollo a la plancha merma en la sartén por culpa de las hormonas que supuestamente se les administra o incluso que les ayuda a engordar. Pues bien, Beatriz Robles asegura rotundamente que el uso de hormonas como factor de crecimiento está totalmente prohibido por ley desde hace décadas y que esa legislación se cumple.
  • Lo mismo otras personas creen que la piel del pollo es poco saludable porque se les inyectan cosas que se retienen luego en la piel y que están llenas, por tanto, de toxinas. Eso es totalmente falso. A la carne fresca no se le puede inyectar aditivos o salmueras. Si estos animales crecen tanto es porque están seleccionados para crecer tanto.
  • Por último, ese agua que hay en la sartén proviene de la propia carne, ya que el 75% de la misma es agua, y al someterla a un tratamiento térmico, las proteínas se desnaturalizan, coagulan, etc, y suelta ese agua.

Sigue la entrevista completa a continuación en este vídeo:

Fuente en https://www.rtve.es/alacarta/videos/saber-vivir/como-cocinar-correctamente-pollo/5661316/

Establecimientos de proximidad y delivery (entrega a domicilio) como vías para llegar a las familias españolas con un producto saludable con eminente carácter social.

Desde la Asociación Interprofesional de la Avicultura de Carne de Pollo / Propollo, que reúne a más del 95% del sector avícola en España, se analiza cómo el pollo asador, producto típico español, muy vinculado a la estacionalidad del verano y la afluencia de turistas internacionales, se ha adaptado a la “nueva normalidad”.

Portavoz: Jordi Montfort, Secretario General de Propollo.

Contexto del sector avícola y pollo asador

  • Antes del COVID-19, cada mes se producían en España en torno a 46 millones de pollos, donde la estacionalidad marcaba el tipo de producto que se demandaba en el mercado. 
  • Durante los meses de verano, el canal HORECA, al que se deriva habitualmente el 25% de la producción durante el resto del año, redistribuye los productos dirigidos a colectividades y restaurantes (compuesto sobre todo por piezas en canal, filetes y alitas), al conocido como pollo asador, propio de bares, restaurantes con terrazas, puestos en fiestas patronales, o establecimientos con comida para llevar, así como playa. Aunque también aumenta la demanda en canal distribución en costa. 
  • La demanda derivada del turismo en zonas de costa, donde también se notaba la llegada de turistas extranjeros, propiciaba que esta cifra subiera. En total cada verano llegaban a España 52.8 millones de turistas, con un consumo medio de 500 gr de pollo, lo que hace un total de 26,4 millones de Kgs.  
  • Cerca de 35 millones de pollos (el mencionado 25% de la producción) se destinaban durante los 3 meses de verano al canal HORECA (más de 49 millones de Kg).  

Cómo ha afectado el COVID-19

  • Tras decretarse en marzo las primeras medidas de confinamiento y el cierre total del canal HORECA, así como la paralización absoluta del turismo internacional y nacional, los productores vieron como ese 25% de producción orientado a este canal desaparecía por completo, aunque una parte importante ya estaba planificada para los meses de abril, mayo y junio.
  • Los productores (granjas e integradoras) apenas han tenido oportunidad de adaptar su producción a la demanda real, pues necesitan al menos 3 meses para realizarlo por los ciclos de crianza de los pollos. 
  • Por lo tanto, una parte del producto ya estaba en las granjas, y parte de esta producción ha tenido que conservarse en frío (congelado), aunque no ha habido apoyo por parte de la Administración para este concepto, a diferencia de otros productos como ovino, caprino, bovino o cerdo. 

Pollo Asador: tipología de producto & distribución sector

  • El pollo asador se corresponde con un ejemplar de 1,4 Kg aproximadamente. Para llegar al mercado, este pollo pasa una media de 36 días en las granjas. 
  • El precio de venta en establecimientos además es un factor muy importante para la adquisición del mismo por parte de los consumidores. Suele estar entre 8€ y 12€, dependiendo de la zona geográfica y tipo de preparación.   
  • Algunas de las distribuidoras especializadas en el propio canal HORECA han tenido que adaptar su producción a otro tipo de productos, pero esto se ha realizado ya para los meses de julio-agosto-septiembre.
  • Las noticias de desconfinamiento y posible recuperación del turismo interior, apenas han permitido margen de maniobra a los productores para adecuar la crianza del pollo asador.
  • Las cifras más optimistas, sujetas a los recientes brotes y nuevas medidas de confinamiento, hablan de una demanda en torno a 7 millones de ejemplares (un 20% de los 35 millones habituales).
  • Pero es una cifra que fluctúa y está sujeta además a las nuevas noticias en torno a la cancelación del turismo internacional, especialmente el británico en las costas.
  • Y también por las importaciones de pollo procedentes de los excedentes de países como Italia o Polonia, además de los habituales de Brasil. Se estima que un 15% del consumo de pollo en el canal HORECA proviene de importaciones. 

La restauración y hostelería española se adapta a nuevos hábitos 

  • Algunos de nuestros asociados, sobre todo integradoras, ya optaron por participar en años anteriores en proyectos de restauración con venta directa, lo que facilitaba además contar con establecimientos de venta de comida preparada por todo el país.
  • Esta actividad se suma a la de distribución de pollo asador para cadenas de restauración, pequeño comercio, bares, establecimientos en playa, hipermercados con venta de platos de comida preparada, etc.   
  • Todos estos establecimientos han visto como un factor importante en la nueva normalidad han sido las opciones de Delivery (entrega a domicilio), así como la propuesta de comida para recoger en tienda bajo pedido, incluida la petición a veces vía telefónica y otras online.
  • Tanto cadenas de restauración como establecimientos individuales optan por este tipo de servicio como forma de facilitar el acceso a una comida preparada vinculada a consumo familiar o de ocio en el hogar.
  • Hemos detectado que esta opción además está vinculada no sólo en sitios de costa, sino también en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla. La opción de delivery permite a los consumidores contar con una alimentación sana en su hogar, así como impulsar el negocio de pequeños comercios de barrio.
  • Para algunos establecimientos en ciudades de interior, este tipo de estrategias de ventas y cercanía a clientes locales ha facilitado que el descenso de las ventas haya podido ser menor de lo previsto, por debajo de la media nacional. 
  • Una opción interesante también está siendo los espacios de comida preparada de hipermercados, como El Corte Inglés, Mercadona o Eroski. Aunque está por ver su adaptación a la nueva normalidad.

Tribuna de Antonio Sánchez, Presidente de Propollo, para Especial 20 Aniversario de la revista AgroNegocios.

Hace 20 años, cuando nació AgroNegocios, muchos de nosotros afrontamos “nuevos retos para nuevos tiempos” bajo los titulares del paso de siglo y de milenio. Y aunque algunos formamos parte de una generación que ha vivido sobre varias transiciones, desde la política a la económica, nos tocaba abordar una nueva transición centrada en la tecnología y la globalización.

Hoy, todo lo que habíamos aprendido, todos los retos que veníamos superando, se han convertido en las herramientas imprescindibles para afrontar un nuevo escenario que nos toca redibujar juntos con motivo de esta crisis. Y quiero hacerlo con optimismo, pero también de forma crítica.

Tengo el honor de representar al sector avícola, que ha sido ejemplo de este periplo de resiliencia a lo largo de los años, y que siempre ha respondido con responsabilidad, talento e innovación.

Durante los momentos más duros de la pandemia nos apuntaron muchos focos, conscientes de nuestro papel como industria proveedora de un producto tan esencial en la cesta de los ciudadanos.

Agronegocios

Millones de aves llegaban en marzo a los consumidores gracias al esfuerzo de miles de familias en toda España, que se merecen un reconocimiento especial, unidos por un sentimiento impresionante de solidaridad.

Nuestro sector representa hoy una industria reconocida por la calidad de sus productos, por la capacidad de adaptación de sus instalaciones a las exigentes normativas sanitarias nacionales e internacionales, por una red logística que permite poner más de 1,600.000 toneladas de carne de pollo, pavo y otras aves en cualquier parte de la geografía nacional.

Nuestros profesionales han apuntalado en la formación, la digitalización y las nuevas formal de trabajo más colaborativas una parte de esa transformación necesaria. Hoy somos además una industria más diversa, comprometida con el medioambiente y la eficiencia energética, y que muestra con orgullo sus políticas en materia de bienestar animal.

VOLVEMOS A ESTAR SOLOS

Pero afrontamos esta crisis con algunos aspectos no tan positivos, si bien está en nosotros aportar las respuestas. El primer punto es la correlación entre nuestra consideración como actividad esencial y motor económico con el apoyo que recibimos. De forma reincidente administraciones públicas europeas y nacionales posponen soluciones para un sector que representa el 23% del consumo de carne en este país, con una generación de riqueza de más de 2.300 millones de euros anuales, y para el que la caída del sector Horeca y el turismo puede suponer pérdidas superiores a los 600 millones de euros. Y volvemos a estar solos, sin ayudas o soporte alguno.

El segundo punto se encuentra en nuestra capacidad para exportar. El sello de calidad del pollo español nos va a permitir abrir nuevos mercados, pero lo hacemos en uno de los peores momentos, con presiones en forma de precios bajo coste desde países protegidos por acuerdos fuera de contexto actualmente. La cohesión y la responsabilidad de toda la cadena de distribución y de restauración es más necesaria que nunca para responder no solo al sector, sino a los consumidores, con lo que esperan de nosotros: producto y servicio.

Pero volvamos a la esencia de este artículo: la esperanza. En momentos como éste ponemos a disposición de la sociedad nuestro compromiso. Abrimos nuevos espacios para compartir experiencias en tomo a un producto tan social y ligado a nuestras emociones.

Consumir pollo ha estado ligado a nuestro confinamiento y también a la desescalada. Estará en nuestras mochilas cuando retomemos los paseos con nuestros hijos por el campo, en las cenas de un verano tan extraño como éste, o en la celebración familiar que volvemos a recuperar tras mucho tiempo, con un buen pollo en la mesa.

Está unido a nuestra dieta mediterránea, versátil, genuino y a la vez exquisito para ser un icono de nuestros más prestigiosos chefs. Por lo tanto, además de dar la enhorabuena a AgroNegocios por este 20 aniversario me uno a una celebración mayor. La confianza en afrontar una nueva década en una nueva normalidad.

Es parte de nuestra alimentación diaria y puede ser la solución a una cena rápida o una delicatesen muy elaborada. Sirve para todo y admite todo tipo de elaboraciones.